Muchas veces los padres y educadores nos empeñamos en enseñar, enseñar, y enseñar … Hay tantas cosas que los niños necesitan aprender, el tiempo es tan limitado y son tantas las exigencias de la sociedad , del currículo…
Que parece que estamos en una contrarreloj para que nuestros hijos adquieran todos los conocimientos que consideramos que son beneficiosos para su vida adulta.
Además del enorme currículo que ya les impone la escuela, queremos que tengan clases de refuerzo de inglés , que toquen algún instrumento, que practiquen algún deporte, que den clases de robótica, de …. todo lo que se te pueda ocurrir.
Está claro que son muchas las cosas que deben aprender ,
pero también es cierto que debemos cambiar la mirada
y en vez de dedicarnos a enseñar,
poner nuestros esfuerzos en facilitar el aprendizaje.
Parece que estoy diciendo lo mismo pero realmente son formas o metodologías muy diferentes.
“El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender»
Plutarco
Enseñar:
En el primer caso, yo, educador entiendo que ellos no pueden aprender por sí solos y que necesitan un instructor que les llene las cabecitas con los datos que los adultos consideramos necesarios… hasta el siguiente examen.
Aprender :
En el segundo caso, los educadores creemos en las capacidades de los alumnos para aprender, y tomamos una posición diferente… en segundo plano, pero no por ello menos importante, ni mucho menos.
Si nos basamos en que que los niños tienen capacidades de aprender, la figura del educador se convierte en todavía mas importante, puesto que es él el que debe de habilitar las condiciones necesarias para que ese aprendizaje tenga lugar.
- Está claro que los niños aprenden a todas horas, pero jamás aprenderán por ejemplo lo que significó el imperio romano para nuestros días, si los adultos no les exponemos a esos temas.
- O nunca sabrán si les apasiona un instrumento si nunca han oído ese instrumento o lo han tenido en sus manos.
Pero una vez que hemos creado ese ambiente que incita a la curiosidad y al aprendizaje, otro factor igual de importante es el acompañamiento de ese aprendizaje.
El educador sabe los pasos necesarios, los procesos que el niño necesita dominar o aprender a dominar, para que realmente se produzca un aprendizaje duradero.
En Pedagogía Neurodiversa tenemos muy clara
la importancia de la figura del educador ,
pero no como mero transmisor de conocimientos
ya que es un facilitador del aprendizaje.
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