Nadie se cuestiona hoy día las diferencias culturales, raciales o incluso en la naturaleza en otros seres vivos.
Pero ¿que ocurre con la diversidad neurológica? En la actualidad nuestra cultura no celebra las diferencias neurológicas, la diversidad en los cerebros humanos.
La mayoría de modelos científicos conciben estas diferencias desde un punto de vista patológico .
Necesitamos un nuevo campo de neurodiversidad, que conciba los cerebros humanos como las entidades biológicas que son, donde se aprecie y se conciban las enormes diferencias naturales que existe entre un cerebro y otro en lo relativo a la sociabilidad, aprendizaje, atención, estado del ánimo y otros procesos mentales.
No se puede concebir un solo modelo cerebral,
considerado como normal,
desde donde el resto de cerebros
sean comparados.
La diversidad neurológica debe concebirse como maravillosa y enriquecedora, al igual que la biodiversidad y la diversidad cultural o racial.